• La pandemia está ligada de alguna forma a este proceso a escala global, asegura investigadora de la UCN.

Más allá de los efectos del COVID-19 en la vida diaria de las personas, también ha surgido el debate en el plano ecológico, donde se ha planteado la interrogante en torno a si existe una relación directa entre el cambio climático y la pandemia.

Para Adriana Aránguiz, Dra. en Ecología y Biología Evolutiva, académica de la Universidad Católica del Norte (UCN) e investigadora del Centro de Investigación Tecnológica del Agua en el Desierto (Ceitsaza) de dicho plantel, la respuesta es sí.

A su juicio, los cambios en el clima, como el incremento de las temperaturas, han tenido efectos no solo en las condiciones de vida de la especie humana, sino que también en los hábitat de muchos otros organismos vivos. Hasta ahora se ha visto que la aparición, rebrote o dispersión de enfermedades infectocontagiosas se explicaría en buena medida por los cambios ambientales, como en algunos casos en el sur del Perú, donde se han registrado importantes brotes de dengue y malaria. “Se trata de enfermedades que estaban desaparecidas de esas regiones, sin embargo, con el aumento de las temperaturas, se extienden las zonas con clima tropical o subtropical y, por lo tanto, se extiende también el hábitat de los vectores naturales de estos virus, como son mosquitos hematófagos de los géneros Aedes y Anopheles”, manifestó.

AMENAZAS

La experta agrega que, si bien hoy se está en una etapa de aprendizaje, es importante estar alertas. “Estamos todas y todos aprendiendo mucho de este nuevo virus, es importante prepararse, porque este virus no será seguramente el último que impactará con fuerza a nuestra especie”. Esto, porque en un planeta con alta densidad poblacional, homogenización de la especie y potencial flujo de microorganismos a través de la globalización, este tipo de amenazas serán siempre una variable que afecte a los seres humanos.

Por lo mismo, señala que, si bien aún existen aspectos desconocidos del COVID-19, lo que se sabe es algo a considerar: “todavía no se conoce bien la ecología del virus, como sus rangos de tolerancia, pero al parecer los principales peaks aparecen en temperaturas más bajas”.

Adriana Aránguiz hizo notar que ciertas condiciones sociales también estarían vinculadas al cambio climático: “las sequías extremas que vive el país, con poblaciones enteras que no disponen de agua para una correcta desinfección, favorecen la dispersión del virus y contribuyen a aumentar aún más su contagio”.

Al respecto, considera que por el momento las medidas asumidas son las que pueden dar un resultado positivo, como la distancia social, el lavado de manos y los resguardos en la salud de las personas en condiciones de riesgo.