La flora costera de la Región de Antofagasta presenta un alto grado de endemismo, es decir, una alta proporción de plantas que se encuentran restringidas exclusivamente a esta zona. Muchas de estas especies solo habitan en sectores llamados ecosistemas de lomas que ocurren entre las terrazas costeras y la cordillera de la costa, en donde se originan los oasis de niebla producto de la presencia de la camanchaca.

Este patrimonio florístico único y diverso se encuentra amenazado debido a que existen grandes silencios demográficos en la franja costera de la Región, lo cual dificulta la constante vigilancia y protección tanto fiscal como ciudadana, generándose condiciones propicias para la extracción ilegal e indiscriminada de cactus para luego ser comercializados fuera del país.

El Ministerio del Medio Ambiente a través de su Secretaría Regional Ministerial de Antofagasta ha coordinado la realización de diversos talleres y mesas de trabajo para la conservación de la biodiversidad regional, compuestas por la sociedad civil, organismos públicos y sector académico.Pudiéndose identificar que la conservación ex situ(conservación de especies fuera del hábitat natural),mediante el resguardo de semillas, resulta una opción oportuna ante escenarios de amenazas naturales como el cambio climático o aluviones y antrópicas como la extracción ilegal, construcción y mejoramiento de caminos y rutas, turismo y proyectos que ingresan al Sistema de Evaluación Ambiental (SEIA).

En este contexto, con el apoyo del Gobierno Regional de Antofagasta y el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), actualmente se está desarrollando en la región el “Diagnóstico y Conservación de la Flora Costera, Región Antofagasta, estudio cuyo objetivo es diagnosticar ambientalmente el estado de la flora costera regional, determinar y aplicar medidas piloto de conservación ex situ, propagación y reintroducción de las especies amenazadas para la conservación del ecosistema costero y mantención de sus servicios ecosistémicos.

El Estudio incluye el catastro del estado de condición actual de especies seleccionadas según su nivel de amenaza en conformidad al Reglamento de Clasificación de Especies (RCE), incluidas en el “Plan de Recuperación, Conservación y Gestión (RECOGE) de flora costera”, el cual debe priorizar un número de 100 especies para la conservación ex situ, almacenando en el Banco Base de Semillas de INIA a largo plazo el material genético (semillas) de especies amenazadas, de las cuales 40 especies serán propagadas para su distribución en viveros regionales existentes y 10 especies serán reintroducidas en su hábitat natural a través de un plan de conservación a escala piloto. El diagnóstico contempla la condición de las especies en cuanto a cobertura, riqueza, estado fenológico y evidencia de amenazas.  En este sentido, las principales amenazas de origen antrópico corresponden principalmente la presencia de residuos sólidos domésticos, establecimiento de inmobiliaria local, la afectación de poblaciones de especies sensibles, principalmente cactáceas, por la construcción, mantención, ampliación de caminos y rutas de uso público, junto con la actividad minera y al saqueo y tráfico ilegal de especies importantes de cactáceas.

Según explicó el seremi de Medio Ambiente de la región de Antofagasta, Gonzalo Bravo Cifuentes, la cartera que representa ha liderado la gestión de conservación de la flora costera del norte de Chile, en particular a través del desarrollo de dos iniciativas. En primer lugar, la implementación del Plan Nacional de Recuperación, Conservación y Gestión de la flora costera del norte de Chile, cuya área de influencia cubre desde Arica hasta el Parque Nacional Pan de Azúcar. Y en segundo lugar, y para materializar parte de lo que el plan propone, la ejecución, con recursos del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), de un proyecto de conservación, propagación y reintroducción con énfasis en las especies costeras de plantas más amenazadas de la región de Antofagasta. En ese contexto, señaló que  “el objetivo es poder recuperar poblaciones de flora con alto riesgo de extinción, como complemento a las acciones de control y erradicación de sus principales amenazas, entre las que destaca, por supuesto, la extracción de cactáceas para su comercialización. Si bien, las medidas implementadas directamente sobre las poblaciones son muy necesarias, estas deben ser acompañadas con difusión y educación, con el objetivo de poner en valor la flora costera del norte de país, un patrimonio valiosísimo, que no podemos perder”.

Por su parte, el director regional INIA Intihuasi, Edgardo Díaz, señaló que INIA en apoyo al Ministerio del Medio Ambiente, desde el año 2008 ha levantado información relevante acerca del estado de conservación de la flora costera de la Región de Antofagasta para la construcción de planes y políticas de conservación de la flora costera como el “Plan de recuperación, conservación y gestión de la flora costera del norte de Chile” (D.S N°44/2018). Con este nuevo estudio F.N.D.R esperamos contribuir con la actualización de la información. Comenta, que la información levantada ha sido difundida y validada por el mapa de actores vinculados al estudio a través de talleres y seminarios de difusión que se seguirán realizando hasta el próximo año, fecha en que finaliza el estudio.

La Jefa del estudio y encargada del Banco Base de Semillas de INIA, Dra. Carolina Pañitrur, agregó que el estudio contempla el resguardo de germoplasma de 100 especies de plantas nativas, seleccionadas y priorizadas según su grado de amenaza de extinción, aislamiento geográfico y unicidad genética. Además el ranking de priorización, se  consideran11 especies pertenecientes al género taxonómico Eriosyce y 23 especies del género taxonómico Copiapoa, donde se incluye las especies que fueron extraídas y traficadas ilegalmente el año 2020 y otras más sensibles y en grave condición de riesgo de extinción como Copiapoa krainziana(en peligro crítico), Copiapoa solaris (en peligro), cuya población ubicada en Caleta el Cobre se encuentra en estado crítico, debido probablemente al estrés hídrico causado por el cambio climático.

Cuantificación especies de cactáceas más amenazadas de la región:

El plan de Recuperación, Conservación y Gestión de la flora costera del norte de Chile incluye un total de 93 especies de flora costera ubicada entre las regiones Arica-Parinacota y de Atacama (D.S N°44/2018 del Ministerio del Medio Ambiente).
76 especies de las 93 se han reportado para la Región de Antofagasta.
58 de estas especies se encuentra en categoría de amenaza (en Peligro Crítico, en Peligro y Vulnerable) según el Reglamento de Clasificación de Especies del Ministerio del Medio Ambiente. Es decir, tienen derecho a protección.
31 especies de cactáceas se encuentran incluidas en el plan RECOGE de flora costera del norte de Chile.
23 especies del género Copiapoa han sido priorizadas por el estudio Diagnóstico y Conservación de la Flora costera de la Región de Antofagasta, para aplicación de medidas de conservación.
11 especies del género Eriosyce han sido priorizadas por el estudio Diagnóstico y Conservación de la Flora Costera de la Región de Antofagasta, para aplicación de medidas de conservación.
En el año 2020 fueron extraídos y traficados en forma ilegal numerosos ejemplares milenarios y centenariosde especies de cactáceas del género Copiapoa y Eriosyce.
1.039 ejemplares de Copiapoa y Eriosyce han sido repatriados luego de haber sido saqueados de su ecosistema en el Desierto costero de Taltal.
Aproximadamente $700.000 cuesta un ejemplar en el mercado.
Mayor es el daño al ecosistema “Desierto Costero” que $10.000.000, valor de la multa que arriesga quién sea formalizado por extracción y tráfico de este tipo de especies de miles de años.
El comercio ilegal y tráfico de plantas y animales extraídas de su hábitat, tiene el tercer lugar en el comercio ilegal más lucrativo, después del tráfico de drogas y de armas.

 

Cuidemos las joyas del desierto…es un Tesoro patrimonial