Por Angélica Iriarte, Gerente General de Symnetics
A propósito del proyecto de ley que busca legislar sobre el avance en la transición
energética del país, resulta fundamental reconocer que la infraestructura de
transmisión eléctrica es el esqueleto de una matriz energética más limpia y
sostenible. Sin redes de transmisión modernas y eficientemente desarrolladas, la
ambición de integrar masivamente energías renovables en el sistema eléctrico
chileno, se verá limitada. Por esto, es determinante adoptar una visión clara sobre
la transmisión eléctrica como mucho más que cables y torres: es el puente que
conecta la generación renovable con los centros de consumo y, por lo tanto, su
desarrollo es esencial para alcanzar metas ambientales.
La transición hacia una matriz energética más limpia no solo depende de la
cantidad de proyectos de generación renovable que se desarrollen, sino también
de cómo y cuándo estas fuentes de energía pueden llegar a los hogares,
industrias y servicios que las necesitan. Hoy enfrentamos el desafío de integrar
energías renovables variables, como la solar y la eólica, en un sistema eléctrico
que fue diseñado para soportar fuentes de energía constantes y de alta capacidad.
Pieza clave de la ecuación es el desarrollo de infraestructura de transmisión que
pueda responder de manera flexible a estas nuevas dinámicas.
Es por eso que necesitamos un enfoque de colaboración y planificación integrada
que involucre tanto al sector público como al privado, además de fomentar la
sinergia entre la industria y la academia. Esta colaboración es clave no sólo para
movilizar la inversión necesaria, sino también para garantizar que la infraestructura
se adapte a los desafíos territoriales y las metas ambientales del país.
Finalmente, no podemos ignorar que, a medida que los requerimientos
energéticos aumentan, se hace imperativa una planificación que priorice una
integración armoniosa entre el desarrollo económico, la protección ambiental y las
necesidades de las comunidades locales. Una estrategia integrada y eficiente
permitirá que Chile continúe avanzando hacia sus objetivos de carbono
neutralidad, generando beneficios sociales y ambientales, al mismo tiempo. La
infraestructura de transmisión eléctrica es, sin duda, el pilar sobre el cual se
sostendrá nuestra nueva matriz energética: limpia, sostenible y resiliente.