Gladys Chau, Ingeniera comercial, MBA Dirección de Empresas Universidad de Chile, es la gerenta de recursos humanos en el Centro de Entrenamiento Industrial Minero – CEIM-, cargo que ha ocupado por más de dos décadas, y aportando desde la gestión de talento y el desarrollo de las personas, a la incorporación de mujeres a procesos instruccionales mineros. Durante su experiencia ha visto crecer la minería regional, observando cómo esta ha cambiado con la integración de nuevas tecnologías y procesos más sofisticados. No obstante, el cambio más importante y profundo fue sin duda, la incorporación de la mujer a faenas mineras, hecho que pasó de ser una buena práctica, a un compromiso empresarial medible y hoy es parte de la Política Nacional Minera 2050, hoja de ruta hacia una minería sustentable.

Hija de migrante Chino, viajera, amante de su familia y madre de Fernanda y Miguel, sus hijos que hoy viven en el extranjero, Gladys ha sido parte de la transformación de la industria minera, liderando de forma interna importantes procesos como la certificación

La vasta trayectoria como líder de recurso humano, la ha llevado a conocer las historias que hay detrás de cada uno de los colaboradores de la organización y trabajar día a día para mejorar procesos en sintonía a los cambios sociales que vive el país y el mundo.

¿Cómo llegó al CEIM?

Llegué a la Fundación Educacional Escondida- CEIM-  el año 1999, 24 años atrás. Y partí con el cargo de vicerrectora de Administración y Finanzas. Al pasar los años miramos a una estructura más bien gerencial, asumiendo desde entonces, la Gerencia de Recursos Humanos.

Y en estos 24 años ¿Cómo ha sido su evolución y proceso profesional en CEIM?

Yo vengo de la Fundación Minera Escondida, ahí estuve 3 años, luego me vive a la FEE e inicie con el equipo de aquel entonces, los primeros trabajos para dar forma a lo que hoy es CEIM. Me tocó, tramitar el Rut de la institución, inscribirlo en Impuestos Internos, obtener el giro, registrar en SENCE como OTEC, sacar los permisos de salud, entre otros trámites fundamentales para dar inicio a este proyecto.

¿Qué ha significado para usted estos 24 años siendo parte de CEIM?

Bueno, ha sido un tremendo crecimiento. Han pasado 24 años desde mis inicios, cuando llegué a CEIM éramos tres mujeres y alrededor de 16 hombres. Además, en ese entonces los alumnos eran solo hombres, la minería era un mundo muy masculinizado y así estuvimos por mucho tiempo.

Ya en esta última década, empezaron a ingresar mujeres a la minería, tuvimos a nuestra primera instructora y con eso, dimos una señal potente sobre lo importante que era la incorporación de la mujer a la industria. Posteriormente, fuimos creciendo en equidad laboral, compromiso que hoy se ve reflejado en un 40% y 60% de participación de mujeres, número bastante alto para nuestra institución.

¿Cómo ha visto la inclusión de la mujer en esta área?

Se ha marcado un hito con la llegada de la mujer al sector industrial, específicamente minero. La mujer hoy en día es una empoderada, muy distinta a las que conocí cuando empecé en el ámbito profesional, y este cambio lo vemos más aún con las generaciones jóvenes. La mujer ha tenido un gran crecimiento, hoy es más empoderada, segura, capaz, independiente, dueña y conocedora de sus competencias y/o habilidades.

¿Cómo fue este proceso de la norma NCH3262 para CEIM? ¿Cómo nace esto?

El año 2021 nos dimos cuenta de que está ocurriendo un cambio importante en la industria, sobretodo en el sector minero, que está abriendo sus puertas al ingreso de mujeres. En CEIM sabemos que los equipos mixtos son más productivos, se complementan y uno de nuestros principales objetivos es fomentar estas instancias. Por otra parte, nosotros tenemos la misión de formar y el mundo hoy en día va hacia allá, considerando importantes asuntos, como la inclusión y la diversidad, donde la mujer tiene mucho que decir.

Años atrás no podía entrar una mujer a la mina, se decía que era de mala suerte, si contamos esto a las nuevas generaciones probablemente no lo entenderían. Entonces, eso hizo que nosotros como organización, viéramos la posibilidad de actualizarnos certificándonos en esta norma. Comenzamos a fines del 2021 con un diagnóstico, luego en el 2022 definimos los procedimientos, una auditoria interna y la certificación, fue un proceso muy laborioso, ya que era un tema que no conocíamos y que tuvimos que aprender, nos sumergimos en un lenguaje nuevo y formas de relacionarnos distintas. En ese entonces estábamos acostumbrados a una forma de comunicación diferente, y ese relacionamiento tuvo avances gracias a la motivación de todos los trabajadores y trabajadoras. Cuando hicimos los talleres para sensibilizar sobre este tema, nos dimos cuenta que las jornadas fueron bien recibidas, el equipo de Comunicaciones, de Recursos Humanos, HSEQ y toda la gente que nos apoyó se alinearon con esta norma, incluso en las entrevistas que eran parte de la auditoria y certificación, nos fue bastante bien, la gente tomó conciencia.

¿Qué significa esto para CEIM?

Es un gran hito. Un salto en cómo hacemos las cosas, en los procesos y en las formas de relacionarnos.

Las compañías mineras también están cambiando…

Estamos completamente alineados con lo que requieren las compañías mineras que tienen KPI para contratar mujeres, y nosotros como organismo técnico y de capacitación tenemos la misión de proveer a las personas adecuadas para que respondan a esos requerimientos, es nuestra tarea estar muy a la vanguardia de lo que es la industria 4.0 necesita, presencia femenina con sus respectivas competencias. Entonces, eso es muy importante, el trabajar en equipo, hombres y mujeres.

¿Cuáles son las proyecciones de CEIM en este aspecto?

Contamos con la certificación y tenemos que mantenerla. Luego debemos recertificar, ya que vienen las certificaciones de mantenimiento y la recertificación, por ello debemos ir viviendo los procesos. Por ejemplo, yo estoy terminando toda una inducción de la estructura del procedimiento de remuneraciones, donde no tienen que haber brechas entre hombres y mujeres, ante igualdad de funciones, de responsabilidades, debemos ganar lo mismo hombres y mujeres. Uno de nuestros desafíos es generar una cultura organizacional con enfoque en igualdad de género, inclusión y diversidad.