Debido a las precarias condiciones en que se encontraba el hábitat de la especie Telmatobius dankoi, más conocida como “ranita del Loa”, una comisión de expertos ejecutó un plan de acción que permitió rescatar y reubicar a las 59 ejemplares sobrevivientes.

 

Tras recibir una alerta respecto a las paupérrimas circunstancias en que vivían los anfibios, profesionales de la Corporación de Cultura y Turismo de Calama, el Museo de Historia Natural y Cultura del Desierto de Atacama, la Universidad de Chile, y el Ministerio de Medio Ambiente, pusieron en marcha un operativo de rescate urgente a comienzos de mes, para mantener viva a una especie en peligro crítico de extinción.

Dadas sus características y su única presencia en cercanías de Calama, la Telmatobius dankoi había sido estudiada hace algunos años, estimando que a esta fecha existirían cerca de 600 ejemplares.  Lamentablemente, una alerta indicó que la vertiente que alimentaba su hábitat natural, había sido intervenida con maquinarias para realizar loteos de parcelaciones. Ante el riesgo inminente que ello auguraba, un equipo de especialistas acudió al terreno donde a su pesar, constató las precarias condiciones en que se encontraban los animales, que a duras penas sobrevivían en un estero seco.

“Su condición física era bastante crítica, por lo que con urgencia tuvimos que relocalizarlos en un sector con las mismas características. Específicamente, las 59 ranitas encontradas fueron llevadas a una vertiente en Ojos de Apache, que presenta parámetros similares, y pertenece al acuífero de Calama, siendo parte de la cuenca San Salvador”, explica Jennyfer Rojas, especialista en paleontología del Museo Muhncal que participó de la operación.

Cabe mencionar que este anfibio es el más amenazado del Cono Sur, y uno de los 15 con más riesgos en el mundo, por lo que su protección como especie endémica de Chile, se torna urgente. “El principal factor que secó el canal, es humano. Existe en el área habitada por esta ranita, una parcelación de agrado, un pozo de perforación y un drenaje, lo que provoca que el arroyo donde vive se encuentre totalmente seco. Ante eso, la principal medida para evitar este tipo de problemáticas, es educar y concientizar a la comunidad”, cuenta la profesional.

El estado de extrema delgadez en que fueron halladas las especies, todas ellas adultas, da cuenta de las dificultades que tenían para alimentarse y propagarse.  Por ello, y para garantizar su correcta adaptación, se dispondrán todos los esfuerzos y un monitoreo constante tras la relocalización, aunque para los expertos, la toma de conciencia ciudadana sigue siendo el principal factor. “Hoy la situación de la ranita del Loa es crítica, tanto así, que puede representar su extinción como especie. Lo sucedido se enmarca en un claro deterioro ambiental de todo el oasis de Calama, donde la industrialización y la urbanización, están afectando el ecosistema. De ahí la necesidad de hacer hincapié en la responsabilidad de cada uno de los habitantes de informarnos, cuidar el entorno, y denunciar a las autoridades cada vez que observemos conductas inapropiadas en nuestro medio ambiente”, enfatiza Jennyfer Rojas.