– Aunque se han visto mejorías para incorporar a las mujeres al mercado laboral, aún hay evidencia de desarrollar políticas de género, orientadas a facilitar su integración y reducir brechas.

 

La tasa de ocupación laboral se vio fuertemente afectada producto de esta crisis sanitaria, cuya brecha de género se evidenció aún más, donde los hombres pasaron desde un 71.6% de ocupación en el año 2019, a un 61.8% en el año 2020 en la Región. Mientras que las mujeres disminuyeron desde un 48.6% a un 42.4% en el mismo período.

Pese a esta diferencia, de acuerdo con el último reporte del Proyecto Empleo Región, ejecutado por el Instituto de Desarrollo de Economía Aplicada (IDEAR) de la UCN junto a Cyties, hay señales de recuperación en el año 2021, donde la fuerza laboral femenina se incrementa a un 44.7% en la Región, lo cual podría indicar que, debido al fin de las restricciones sanitarias se han ocupado más mujeres quedurante la crisis.

A pesar de la recuperación que ha tenido la participación femenina en el mercado laboral, es necesario implementar políticas con perspectiva de género para erradicar las brechas sobre el salario que perciben las mujeres. Respecto a esto último, en la Región se evidencia que la brecha salarial entre hombres y mujeres es la más alta a nivel país”, explicó la investigadora del Idear, Viviana Carriel.

Sin embargo, otro aspecto sobresaliente durante la crisis del SARS-Cov-2, es que la tasa de desempleo femenino fue inferior a su contraparte masculina en la región. Esta diferencia fue de 11.3% en el caso de las mujeres versus un 12.1% en los hombres en el año 2020. Y en el 2021, fue de 8.8% sobre un 9.9 de hombres sin empleo, respectivamente.

Sectores económicos

Durante la crisis económica producida por el SARS-Cov-2, el cambio de mayor magnitud es en el rubro minero, sector en el cual se produce la mayor reducción de la brecha negativa (mayor cantidad de hombres que de mujeres en sector productivo) preexistente en la región, con una caída aproximada de 6 mil hombres.

Por su parte, la industria manufactura, la construcción, el comercio y el transporte inicialmente reducen sus brechas de género en la ocupación del año 2020, para en el año 2021 volver a niveles muy similares a los del 2019. La brecha positiva (mayor cantidad de mujeres que de hombres en sector productivo) que existía en 2019 en las ramas de salud y enseñanza se ha reducido levemente. Las ramas de actividad económica con menor brecha de género y que además no parecen haber sido afectadas por la crisis SARS-Cov-2, son las actividades profesionales y las actividades de servicios administrativos y de apoyo.

En relación con los sectores más feminizados, la crisis producida por la pandemia tiende a aumentar considerablemente la feminización del sector comercio, mientras que disminuye para los servicios administrativos. En el caso de los sectores menos feminizados, esta crisis aumenta la feminización de los sectores, en 9 puntos en el caso del sector manufactura, y en 7 puntos en el caso de minería.

En ese contexto se concluyó que tanto la minería como manufactura pese a que son sectores menos feminizados, tuvieron en promedio, las mayores tasas de crecimiento de la feminidad respecto de los demás sectores analizados.