Científico del Instituto de Ciencias Naturales “Alexander von Humboldt” del plantel estatal, puntualizó aspectos del reportaje aparecido en el medio inglés “The Guardian”, que abordó el impacto de las descargas hipersalinas que generan las plantas desoladoras en la zona norte del país.

Haciendo hincapié en que el impacto observado -en colaboración con un equipo de investigadores nacionales e internacionales- en la zona de descarga del agua hipersalina que genera el proceso de desalación de agua mar, no abarca más allá de un perímetro de unos 30 metros desde el punto de descarga, y que por lo tanto, es bastante localizado, el doctor en ciencias ambientales y académico de la UA, Rodrigo Orrego, puntualizó algunos aspectos del reportaje aparecido la semana pasada en el destacado medio europeo.

El investigador destaca y pone énfasis en la importancia del proceso de desalación, especialmente para el desarrollo sustentable del norte de Chile, no obstante, señala la falta de regularización específica para el proceso tanto en estándares de diseño como en regulación de sus descargas y programas de monitoreo ambiental.

“Hablamos desde la construcción de una planta hasta la generación de las aguas de descarte, lo cual, se rige hasta ahora, sólo por regulaciones establecidas para descargas de residuos líquidos en cuerpos de agua marinos fuera de la zona de protección litoral, lo que para el caso específico de la desalación, sería muy general y de acuerdo a la última evidencia, inapropiado”, explicó.

En ese contexto, se debe mencionar que en  el proceso de desalación por osmosis inversa promedio, se obtiene un 45 % de agua desalada con un restante 55% que es devuelto al mar con una salinidad aproximadamente al doble a la que presenta en el medio.

Investigación

El equipo del doctor Orrego lleva varios años estudiando áreas de descarga dentro de la bahía San Jorge (Antofagasta), generando mucho conocimiento básico evidenciado en diferentes tesis de pre y postgrado, además de trabajos científicos actualmente en revisión y preparación.

“La observación en la zona de descarga, muestra en general un impacto muy acotado desde el punto de vista espacial, de no más de 30 metros desde la descarga del agua de descarte. Sin embargo, este impacto debe ser estudiado desde el punto de vista temporal y considerando una serie de fenómenos particulares que ocurren en la bahía”, precisó el investigador.

El doctor Orrego señala la existencia de un efecto claramente perceptible respecto de las comunidades bentónicas asociadas al area de descarga, pero muy localizado en el fondo marino.

“Estamos desarrollando una serie de herramientas moleculares de medición específicas del estrés producido por las descargas hipersalinas (biomarcadores), utilizando especies de organismos endémicos como el ostión del norte de Chile (Argopecten purpuratus). Estas herramientas están siendo validadas in situ, y permitirán, por una parte, discriminar los efectos de este tipo de descargas dentro de los múltiples agentes estresores presentes en la bahía, y por otra, mejorar aún más los programas de monitoreo existentes”, señala el doctor Orrego.

Es conveniente destacar que las zonas de descargas del efluente hipersalino (donde se realizan las investigaciones), se ubican aproximadamente a 200 metros mar adentro frente a la planta y a una profundidad que oscila entre los 20-40 metros apropiadamente.

Bahía San Jorge

Existen muchos relatos y testimonios de pescadores artesanales que dan cuenta de un evidente deterioro de las condiciones ambientales de la Bahía San Jorge (Antofagasta). Los hombres de mar, desde su experiencia y conocimiento, señalan tanto la desaparición de especies (peces, moluscos y algas), así como cambios en el fondo marino.

Ante esto, el investigador de la UA plantea la necesidad de realizar estudios más amplios, pues la zona está bajo múltiples factores de estrés, debido a que existen otras actividades antrópicas que pueden afectar la “salud” de la bahía. “Por ejemplo, tenemos descargas de aguas servidas a través de emisarios submarinos, transporte y acopio de concentrados de minerales, y por otro lado, están los fenómenos biológicos de surgencias, afloramientos de microalgas, El Niño e incluso el Cambio Climático, entre otros”.

Desaladoras

Es importante destacar que en el norte Chile, los proyectos de desalación de agua de mar actualmente operan con tecnologías de diferentes épocas para realizar el proceso de osmosis inversa, desde plantas construidas en la década del 90, hasta otras que cuentan con la última tecnología disponible.

“Nuestro interés es colaborar -junto a todos los actores (autoridades, empresas e investigadores de otras universidades)- para generar la información necesaria que sirva de base para el establecimientos de nuevas normativas específicas para el sector y ajustadas a la realidad local”, finalizó.