• Hito científico marcará un antes y un después dentro de los estudios volcanológicos que se realizan en nuestro país.

En lo que constituye un verdadero hito científico, geólogos de la Universidad Católica del Norte (UCN) lograron realizar la primera toma de muestras de gases en los volcanes Ollagüe y San Pedro, cuyas fumarolas se encuentran a 5.700 y 5.900 metros sobre el nivel del mar, respectivamente, en la región de Antofagasta.

La excursión fue llevada a cabo por profesionales del Núcleo de Investigación en Riesgo Volcánico Ckelar, del Departamento de Ciencias Geológicas de la casa de estudios nortina, y fue dirigida por el candidato a doctor UCN, Manuel Inostroza Pizarro, trabajando como asistentes los geólogos Álvaro Vergara Pavez y José Pablo Sepúlveda Birke. Mientras, la coordinación en terreno fue realizada por el Dr. Felipe Aguilera Barraza.

El acceso a ambos macizos volcánicos no fue fácil, no solo por la altura geográfica en la que se encuentran, sino también por la inexistencia de rutas definidas para llegar hasta sus campos fumarólicos, problema que ha afectado siempre a excursionistas e investigadores.

En cuanto al principal logro de esta travesía, Manuel Inostroza dijo que permitirá contar con valiosa información para posteriores estudios. “Lo más importante en esta oportunidad fue alcanzar el campo fumarólico del volcán San Pedro, además de tomar muestras de gases y realizar mediciones de sus temperaturas”, explicó.

Como sitio de estudios, el volcán San Pedro -agrega- es considerado muy complejo, sin embargo, los investigadores sabían de la relevancia de contar con datos del lugar. “Por ello es que nos atrevimos, nos arriesgamos y logramos acceder al cráter donde se encuentran las emisiones fumarólicas, lo que sin duda fue una gran experiencia y como equipo estamos muy orgullosos por haberla concretado”, manifestó el investigador.

La campaña de terreno se realizó entre el 14 y el 21 de junio e incluyó la ascensión a los volcanes Ollagüe (región de Antofagasta, en la frontera con Bolivia), San Pedro (región de Antofagasta) y Olca (en la frontera de las regiones de Antofagasta y Tarapacá y el Departamento de Potosí de Bolivia).

En el caso del San Pedro, el trayecto debió realizarse en dos etapas. La primera significó cuatro horas de escalamiento hasta montar el campamento base, para al día siguiente subir durante seis horas más para alcanzar las emisiones fumarólicas.

Las condiciones de este tipo de expediciones son extremas, ya que, a modo de ejemplo, las temperaturas de las fumarolas en el volcán Ollagüe pueden alcanzar 86 grados Celsius, mientras que las del volcán San Pedro oscilan entre 79 y 90 grados Celsius.

Inostroza destacó que la campaña en terreno permitió tomar muestras de gases que ayudarán a los científicos a determinar de forma certera su composición química y, con aquella información, conocer el nivel de actividad de los volcanes en estudio, elementos claves para establecer su grado de peligrosidad.

“Antes de este trabajo en terreno no se contaba con mayor información respecto a lo que pasa al interior de estos volcanes a los que accedimos. La única manera de conocer su funcionamiento es a través de la muestra de sus gases, y particularmente el volcán San Pedro tiene vestigios de mucha actividad en el pasado, por lo que entender qué ocurre en su interior, a través de los fluidos emanados en las fumarolas, va ser muy importante y permitirá entregar antecedentes valiosos para nuestros estudios”, remarcó el líder de la expedición.

El doctorando destacó asimismo que este trabajo es “la punta del iceberg” de lo que se viene más adelante, ya que está en planificación realizar la misma expedición para monitorear todos los volcanes activos presentes en la región, actividad a desarrollar al alero del Proyecto FIC-R “Mitigación de riesgo ante procesos volcánicos de la Región de Antofagasta”. Esto implicaría campañas adicionales en los macizos volcánicos Putana, Alitar, Lascar y Lastarria.

Haciendo un poco de historia, el Dr. Felipe Aguilera, académico UCN e investigador del Núcleo Ckelar y del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (Cigiden), recuerda que entre 2005 y 2008 hizo las primeras campañas para obtener muestras de gases de distintos volcanes del norte del país. “En ese tiempo trabajaba solo en mis investigaciones y realicé un catastro desde el límite con Perú hasta la región de Atacama. En el norte de Chile contamos con 13 volcanes que tienen fumarolas activas y las excursiones realizadas permitieron obtener muestras de 8 de ellos”, puntualizó.

El investigador enfatiza que adjudicarse el Proyecto FIC-R “Mitigación de riesgo ante procesos volcánicos de la Región de Antofagasta” y dar vida al Núcleo de investigación volcánica Ckelar de la UCN, permite en la actualidad revitalizar esas expediciones y retomar dichos estudios, a través de memorias doctorales. Para ello, cuentan con los recursos y estructura necesarios para hacer efectivos estos trabajos en terreno.

“Ahora se decidió empezar a ‘atacar’ volcanes que no presentaban muestras previas, antecedentes que necesitamos para completar la base de datos de todo el norte del país”, puntualizó Aguilera.

Para el investigador, el haber completado este hito en ciencias geológicas permitirá contar con mayor información a la hora de caracterizar volcanes y elaborar sus mapas de riesgo. “Este antecedente, de muestrear los gases del volcán San Pedro, marca un antes y un después en el trabajo volcanológico del norte de Chile. Ahora contamos con un equipo de investigadores y con los medios necesarios para sacar adelante estas campañas, situación que no se hubiera generado de no existir el respaldo del Proyecto FIC-R y Ckelar”, destacó.

Finalmente, se puede establecer que existe una línea base de investigación que habilitará a los profesionales para conocer por primera vez cuál es la composición que tienen los fluidos de estos volcanes, pero también se determinará en qué condiciones están y analizar qué tipo de actividad presentan, para caracterizarlos y continuar con su vigilancia. Con posterioridad, agregó, al menos una vez al año se debería tomar muestras para dar continuidad al monitoreo.