En un contexto global que exige un desarrollo alineado con la sostenibilidad, la Región de Antofagasta enfrenta un desafío crucial: diversificar su industria con un enfoque sólido en el cuidado ambiental. La minería, pilar clave de la economía nacional, ha explorado alternativas que promueven un equilibrio entre el progreso y la protección del entorno, y en este marco, la industria energética, especialmente la renovable, ha jugado un papel esencial en la construcción de una sociedad más sostenible, donde el desarrollo económico y el bienestar colectivo van de la mano del respeto hacia el medioambiente.

 

El informe Earth Overshoot Day, publicado el 23 de mayo de 2024, marcó un punto de inflexión al señalar que Chile había alcanzado el “sobregiro ecológico”, es decir, en mayo ya habíamos consumido todos los recursos naturales que la Tierra puede regenerar en un año. Este déficit ambiental ubica a Chile como el primer país latinoamericano en enfrentar tal situación, lo que subraya la urgencia de repensar nuestro modelo de desarrollo. Es ineludible revertir esta tendencia si queremos generar un cambio sustancial y evitar una crisis irreversible que afecte a nuestro ecosistema.

 

Antofagasta cuenta con un potencial único para liderar la transición hacia un modelo más sostenible. Con recursos como el litio y el cobre, esenciales para mitigar el cambio climático, la región se posiciona a la vanguardia de la innovación y la sostenibilidad. La industria minera ha sabido adaptarse a las crecientes demandas de una sociedad que exige respuestas frente a la crisis ambiental, mientras refuerza su competitividad. En este contexto, el Instituto de Tecnologías Limpias nos consolidará como un referente nacional, situando a Antofagasta en el epicentro de la investigación y el desarrollo de soluciones innovadoras.

 

Ante este escenario, observamos con optimismo los avances significativos que la región alcanzó el 2024: la llegada del primer tren impulsado por hidrógeno verde y el primer radar aéreo operado por energía solar, en Calama. La reciente puesta en marcha del Parque Eólico Nuevo Horizonte en Taltal, con 140 aerogeneradores, y la operación de CEME1, la planta solar más grande del continente, ubicada cerca de María Elena, con más de 880.000 paneles fotovoltaicos. Estos proyectos refuerzan, sin duda, el compromiso de la región con una matriz energética más limpia y diversificada.

 

El progreso debe ir acompañado de una responsabilidad ambiental impostergable. El futuro de nuestra región, del país y del planeta está en juego. Es momento de unir esfuerzos, compromisos y recursos para garantizar un desarrollo sostenible, que proteja nuestro entorno y asegure un legado positivo para las generaciones futuras.

 

 

Marko Razmilic Kútulas
Presidente
Asociación de Industriales de Antofagasta