• Durante este año, 23 empresas suscribieron o reafirmaron su compromiso con la primera infancia.

 

  • Solo a 42,82 % alcanza la cobertura en matrícula pre-escolar en la Región de Antofagasta.

 

 

 

La Región de Antofagasta distingue por su rica diversidad cultural y su potencial económico, siendo un importante polo de desarrollo en Chile. En este contexto, la inversión en educación en la primera infancia emerge como un pilar fundamental para asegurar un futuro próspero y equitativo.

Una vía efectiva de potenciar este proceso es a través del apadrinamiento de jardines infantiles por parte de empresas y compañías locales, las que articulan este proceso gracias al trabajo mancomunado con la Asociación de Industriales de Antofagasta, AIA.

Esta organización gremial dispone de un Plan Estratégico de Educación Inicial (PEDEI), y dentro de él se encuentra el Programa de Apadrinamiento de Jardines Infantiles, a través del que distintas empresas asumen un compromiso anual con alguna de estas instituciones.

Futuro desde la raíz

La etapa inicial de un infante es crucial para el desarrollo de un individuo; aquí se sientan las bases de habilidades cognitivas, emocionales y sociales. Es en este periodo cuando los niños absorben conocimientos a una velocidad sorprendente y donde las experiencias tempranas pueden tener un impacto duradero.

Natalia Femenías, Gerente del Centro de Desarrollo Empresarial AIA, CDE, es la encargada de liderar el trabajo que el programa lleva adelante en la región, por lo que es voz autorizada para subrayar la importancia de la educación en estos primeros años: Es clave la articulación público – privada para lograr cambios sustanciales en la calidad de la educación, ya que no es una responsabilidad solo del Estado, sino que de la sociedad en sí y, por ende, los cambios deben comenzar con énfasis en la base de toda formación futura, es decir en la educación inicial, precisó.

Los jardines infantiles actúan como entornos de aprendizaje, estructurados y seguros, proporcionando a los niños experiencias educativas enriquecedoras. Allí aprenden a socializar, a desarrollar habilidades motoras y a adquirir conocimientos fundamentales. Sin embargo, la calidad de estos centros de educación depende, en gran medida, de los recursos disponibles.

Según datos de la Subsecretaría de Educación Parvularia, la Región de Antofagasta es la que dispone de menor cobertura -en cuanto a matrícula- de todo el país, con un escaso 42,82%. Esto debe encender las alarmas, tanto de autoridades como de todos los actores que ejerzan un rol dentro de esta materia, para revertir estos índices tan perjudiciales.

 

 

La empresa, aliado estratégico

Es frente a este preocupante escenario que cobra mayor relevancia el apadrinamiento de jardines infantiles, con el que las empresas pueden contribuir y hacer la diferencia cada año, al inscribirse o reafirmar su compromiso con la primera infancia. El 2023, fueron 23 las empresas que decidieron apostar e invertir hoy por la excelencia del capital humano del futuro.

Una de estas empresas es CG Kofilman; Óscar Hernández, Gerente de Proyectos y Nuevos Negocios, señaló que “es increíble el sentido de satisfacción que entrega ser responsable socialmente de los niños y niñas de la Región de Antofagasta, nos permite traspasar todo lo que hemos logrado en estos 10 años de vida. Ojalá podamos seguir participando de esta hermosa iniciativa liderada por la AIA”.

Por otra parte, Antonieta Fuentes, Administradora del Sistema Integrado de Gestión de Komatsu, indicó que, como empresa privada, acercarnos más a la sociedad es algo que hace que todos los trabajadores se sientan gratificados. “Estamos apadrinando dos jardines infantiles y, con esto, podemos hacernos cargo en parte de la brecha social que muchas veces tienen quienes asisten a ellos y también de sus familias”.

El apadrinamiento por parte de grandes empresas en la Región de Antofagasta no solo representa un compromiso con el valor social, sino también una inversión para el futuro, contribuyendo directamente a mejorar los recintos, sus instalaciones, brindar material educativo y capacitación para los profesionales y técnicos, elevando así la calidad de la educación brindada.

Los beneficios de esta colaboración son palpables en la comunidad. Los niños y niñas que asisten a estos establecimientos experimentan un ambiente de aprendizaje más enriquecedor y estimulante. Esto se traduce en un mayor desarrollo cognitivo y emocional, así como una mejor preparación para los desafíos educativos futuros.

“El apoyo permanente, sobre todo en la primera infancia, es algo que compartimos como Ministerio de Educación y es parte de nuestro plan de reactivación educativa. Valoramos el compromiso de toda la sociedad y, dentro de ella, es importantísimo que también participe la industria”, sostuvo Alberto Santander, SEREMI de Educación de Antofagasta.

 

Un círculo virtuoso

Un efecto positivo en el tejido social y económico de la región es el que se genera a través del apadrinamiento de jardines infantiles. Una educación de calidad en la primera infancia sienta las bases, para futuros ciudadanos más capacitados y comprometidos con el desarrollo de su entorno, junto a familias con mejor calidad de vida.

Un estudio longitudinal del psicólogo David Weikart y el Director de la Escuela Primaria Perry en Estados Unidos, Charles Eugene Beatty, midió el impacto que tiene el acceso a educación de calidad en edad preescolar. Los resultados indicaron que, a los 27 años, quienes asistieron a un programa inicial de calidad mostraron una menor cantidad de arrestos, no tuvieron necesidad de recibir apoyos sociales y demostraron un mayor porcentaje de adquisición de viviendas, además de sueldos más altos en comparación con quienes no formaron parte de estos programas.

Para lograr este objetivo, una alianza estratégica público-privada es fundamental, potenciándose e incidiendo directamente en toda la cadena de valor de la educación inicial. “El mundo público y privado pueden desarrollar acciones conjuntas, la confluencia de ambos permite que avancemos mucho más y logremos el desarrollo de los niños, el futuro de la región minera de Chile”, aseguró Lucas Martinich, Director AIA.

En un contexto donde la educación se posiciona como la clave para el desarrollo sustentable, el apadrinamiento de jardines infantiles y el compromiso de empresas con la primera infancia en la Región de Antofagasta, emerge como una estrategia sólida y efectiva.

Este compromiso no solo mejora la calidad de la educación en esta etapa crucial de los niños y niñas, sino que también construye un futuro más prometedor, equitativo y con mejores oportunidades para todos en la región y el país.-