José Miguel Pérez, Gestor de Diversificación Productiva e Infraestructura, AIA

El corte de cinta del megapuerto de Chancay, ubicado a pocos kilómetros de Lima, capital de Perú, contó con nada menos que la participación del Presidente de China, Xi Jinping, hito que da inicio a una nueva era en la competencia portuaria en América Latina. Este terminal, el más grande y avanzado de la región, construido en una alianza entre ambos países, presenta un complejo escenario para los puertos chilenos y nos obliga a preguntarnos: ¿está la Región de Antofagasta preparada para enfrentar este desafío?

 

Con la capacidad para reducir el tiempo de tránsito desde Perú a China a solo 23 días, Chancay es un competidor directo de los puertos de nuestro país lo que debería alertarnos sobre cómo responderá Chile, especialmente una región como Antofagasta, cuya economía depende en gran medida de las exportaciones mineras hacia el continente asiático.

 

El megaproyecto cuenta con 15 muelles, grúas especializadas, vehículos autónomos y operará con energía 100% eléctrica, lo que le permitirá reducir su consumo energético respecto a otros puertos. Según estimaciones de la naviera Cosco Shipping Ports, el puerto podría recibir hasta un millón de contenedores en su primer año de operaciones, lo que pone en jaque la competitividad de nuestras infraestructuras portuarias.

Ante este escenario debemos plantearnos ¿cómo queremos que la Región de Antofagasta se proyecte al mundo? ¿Continuaremos con una infraestructura portuaria que presenta cuellos de botella logísticos y tiempos de espera prolongados? ¿O tomaremos la decisión política y empresarial de invertir en una profunda modernización?

La industria portuaria de nuestra región, la segunda más importante después de la minera, debe ser vista como una palanca para el desarrollo económico de Chile. La modernización es esencial, al igual que la integración de nuestras cadenas logísticas terrestres y ferroviarias. ¿Estamos dispuestos a impulsar una verdadera agenda de innovación y colaboración público-privada?

La Asociación de Industriales de Antofagasta, AIA, ha dado un paso importante al convocar a actores relevantes en la materia para abordar estos desafíos en los Consejos de Logística. Sin embargo, es necesario que las autoridades asuman su rol de liderazgo y proyecten un entorno favorable para la inversión, con certezas de crecimiento y una visión a largo plazo.

Tenemos el potencial de avanzar como motor clave para la economía nacional, pero no podemos seguir esperando que las circunstancias cambien por sí solas. Si no actuamos ahora, nos quedaremos atrás. ¿Queremos ser la región de oportunidades, con mano firme en el timón y dirigir el rumbo hacia un futuro prometedor… O nos conformaremos con ser meros espectadores del paso de los barcos por nuestra a costa?