Unos 120 estudiantes de entre PreKinder a 8vo básico de cinco establecimientos de Calama y Alto El Loa, desarrollaron dispositivos para medir variables ambientales como material particulado o radiación UV, gracias a un proyecto del fondo escolar 2018 de Minera El Abra, filial de Freeport-McMoRan. Las herramientas, elaboradas a partir de pequeñas placas computacionales, les permiten recoger información y potenciar sus conocimientos científicos desde temprana edad.
La iniciativa Hickaa Patcha – “señal de la tierra” en kunza-, se basa en una metodología en que los niños junto a profesionales realizaron un diagnóstico territorial, identificando en conjunto las problemáticas ambientales o potencialidades de los recursos territoriales.
Tras ello aprendieron a ocupar sensores basados en Arduino, tecnología de pequeñas placas computacionales que permiten construir dispositivos digitales, con los que diseñaron talleres y mecanismos para medir las variables ambientales y para finalmente realizar la evaluación y creación de un manual y un kit definitivo de trabajo.
“Uno de los pilares para el desarrollo sustentable de nuestras operaciones es el progreso de las comunidades con las que compartimos el territorio, siendo la educación un elemento fundamental para lograr este objetivo. Es por ello que El Abra ha apoyado este programa, que no sólo crea conocimiento, sino que permite el involucramiento directo de las comunidades con el medioambiente”, destaco Ruben Funes, Gerente del Proyecto Concentradora de Minera El Abra.
Los kits han sido probados por los niños y sus profesores en varias salidas a terreno realizadas en Alto El Loa como la laguna Inka Coya, Ayquina y Caspana entre otros. En cada lugar los menores identificaron focos que midieron como material particulado de vehículos, de caminos de tierra, de quemas de pastizales o el simple caminar de las personas.
Algunos estudiantes de Calama, por ejemplo, investigaron sobre las sombras que entregan los árboles en su escuela y alrededor de ésta, midiendo la variación de la radiación UV, la temperatura y la humedad del aire y del suelo. Una vez que hayan logrado obtener resultados de distintos árboles a lo largo del día, estarán en condición de proponer a las autoridades la plantación de las variedades de árbol que entreguen la sombra más adecuada.
Timoty Céspedes, estudiante que participó en las salidas a terreno señaló: “Aprendimos muchas cosas como la temperatura, el sol, ahora tenemos datos importantes y estos viajes nos hacen saber aún más sobre temas ambientales que son fundamentales para nuestras clases”. Por su parte, Sara Veliz, profesora de Lenguaje de Chiu Chiu, destaca el valor integral de la iniciativa que se aprovecha en toda la malla curricular, “pues no sólo les ayuda en ciencias, se articula con todas las asignaturas, con lenguaje, matemáticas y es un aporte enriquecedor para los chicos”.
Tanto en Caspana como en Calama, y ante la disminución de los cultivos en la zona, los estudiantes optaron por comparar las condiciones ambientales que favorecen o limitan el crecimiento de plantas con la implementación de pequeños invernaderos y sensores. Así, monitorean la temperatura y humedad del aire, humedad del suelo y el material particulado bajo invernadero y fuera de éste. Al mismo tiempo monitorean el crecimiento de las plantas en ambos escenarios.
“Esperamos que al término del proyecto las y los estudiantes hayan podido familiarizarse con los conceptos de medición y monitoreo ambiental y que éste sirva como una herramienta para el desarrollo ambiental local, así como también para fomentar el desarrollo de la educación científica y el uso de herramientas tecnológicas al interior del aula” explicó Nicolás Zanetta, geógrafo a cargo del proyecto.